Antonio Velázquez
Coincido, indudablemente, con las dos primeras conclusiones obtenidas en el estudio Desarrollo de habilidades con una técnica didáctica constructivista y su relación con la competencia matemática en alumnos de Tercer Grado de Secundaria Curso Escolar 2006-2007, Mérida, Yucatán, las cuales hacen referencia tanto al desempeño del maestro como al interés de los alumnos en la materia. En ambas conclusiones, es decisiva la opinión de los alumnos entrevistados para obtener: mejores resultados de aprovechamiento académico, un mejor dominio de los conocimientos teóricos y, yo le agregaría, encontrarle una mejor y más práctica aplicación a dichos conocimientos; cierto, el desempeño del maestro es fundamental para motivar el interés del alumno hacia la asignatura que, no en pocas ocasiones, suele ser "dolor de cabeza" para muchos de los estudiantes y quizá también para el mismo profesor, en algunas ocasiones.
Sin embargo, agregaría un factor más que, quizá de manera invisible, pasa inadvertido para los alumnos: el tiempo efectivo que le destinamos a la enseñanza y, en su caso, al aprendizaje de las matemáticas. Tiempo que, pareciera, éstá condicionado a las múltiples actividades que surgen de manera consciente o inconsciente de nuestras autoridades educativas: concursos, proyectos, programas, reuniones escolares, consejos técnicos, suspensiones de labores, entre otras. Todo esto ocasiona que el tiempo dedicado a la enseñanza de la asignatura no sea el suficiente, considerando la complejidad en la comprensión de algunos temas, o bien, no sea el efectivo para dedicarle la atención a los temas "difíciles" de entender.
¿Esforzarnos como docentes? Desde luego, organizándonos y realizando una buena planeación, tal vez. ¿Sugerencia? Hagamos a una lado todas aquellas actividades que, si bien son importantes, tal vez no resulten tan útiles para alcanzar la calidad que todos deseamos y anhelamos.
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